domingo, marzo 26, 2017

OVNIS EN SEVILLA

                                 

El fenómeno OVNI tiene en la provincia de Sevilla una especial trascendencia, quizás por todo ello son estas latitudes un lugar especial para esos encuentros con los No Identificados. Como resultado de más de 25 años de investigación y recopilación de la presencia de estos artefactos en nuestros cielos mi último trabajo, OVNIs en Andalucía, ahonda en esta cuestión. Hoy comparto con vosotros parte de esa información en exclusiva.

El OVNI de Utrera

Sucedió el primero de Mayo de 1979 en la localidad sevillana de Utrera, en la barriada de Fontanilla. Allí un chico de trece años, José M. Romero Jiménez, narraba a un periodista lo que había visto aquella noche a las cinco de la mañana:

–Era una cosa muy grande, muy grande. Cogía toda la explanada donde jugamos al fútbol, pero era más grande. Se puso encima de ella hasta rozar con los árboles y luego se quedó allí. Giraba continuamente y tenía luces de varios colores, pero muy fuertes. Algunas de ellas daban también vueltas y una de ellas me alcanzó en los ojos en un momento y entonces no pude ver. La parte de arriba era de dos colores, que se cambiaban y, por debajo, le salieron unas patas.

El mismo chico manda una carta a la redacción del periódico en la que inocentemente se expresa así:
«Eran las cinco de la madrugada. Hacía mucho calor y tenía muchísima sed. Me levanté para beber y me puse el pantalón. Fui antes a los dos cuartos para ver si estaban todos despiertos o dormidos. Después fui a ver mi reloj de pulsera y eran las cinco en punto. Entonces, cuando venia para acostarme, al pasar por la puerta del salón, si una luz. Me asomé al balcón y era un platillo volante, un OVNI. Tenía, más o menos, unas dos mil bombillas. Bueno, bombillas, no luces. Estuvo aterrizando en el campo de fútbol de mis pisos, que está frente, pero no cabía y estuvo un rato allí. Una luz muy grande y deslumbrante estaba como si fuera recogiendo polvos, piedras, palos y se metía en el OVNI. Tres luces que daban vueltas y la del medio me dio muchísima luz en los ojos. Entonces, cuando se quitó esa luz de los ojos, ya el platillo volante se había convertido en invisible, pero el ruido y el viento todavía se escuchaban. Cuando ya iba saliendo de los pisos se volvió visible, pero tan lejos como una luz grande sola, todas juntas. Me acosté impresionado de lo que vi. Cuando me desperté, a las nueve y media de la mañana, mi padre se dio cuenta de que dejó por la noche abierto el balcón y la puerta de la cocina. Me levanté y no quería hablar con nadie. Sólo se lo dije a mi madre, pero ella cree que eso lo soñé yo. Por la tarde ya lo sabía toda la barriada y todos se reían de mí y el único que me cree es Sebastián Ramírez Rivera. Vive enfrente de mí pero abajo. Él me cree porque dice que a esa hora vio el campo de fútbol alumbrante, pero creyó que eran ilusiones suyas. Tardé todo un día en recordar y dibujar como fue esa gran noche, que la recordaré toda mi vida...»

Los activos integrantes de la Red Nacional de Corresponsales se desplazaron al lugar para hablar con el testigo. En el pueblo localizan a Sebastián Ramírez quien les dice: «Me acosté cuando terminó Los Ropers en la televisión. Al rato me dormí y cuando eran las cuatro o las cuatro y media me desperté porque tenía mucho calor y sentí una extraña luz en mi cuarto. Yo creí que era la Luna o la luz de la calle. Me destapé entero y sólo me tapé con la colcha. Después, serían cinco las cinco o cinco y diez de la madrugada, sentí mucho frío y me tapé entero de miedo que tenía. Más tarde se fue la luz. Estuvo más de diez minutos. Me dije para mí que la luz no podía ser la Luna, ni tampoco la de la calle, por lo que cerré los ojos y me dormí».

El OVNI se ubicó a unos 40 metros del suelo, según el cálculo de los testigos, y estuvo sobre el lugar unos quince minutos y en la trayectoria que marcó cuando comenzó a moverse era una constante los continuos cambios de rumbo y maniobras imposibles... Hasta que comenzó a balancearse poco a poco. Se encontró entonces en la posición del segundo testigo: José M. Romero y fue cuando descendió a unos quince metros e intento aterrizar estando a ras de la copa de los árboles.
El objeto es descrito como metálico con los bordes bien definidos, siendo el metal como de acero bruñido o hierro azulado.

Medía unos veinticinco metro o cinco de altura y poseía ventanillas y luces. A través de las ventanillas podían verse unos cables. La cúpula del OVNI cambiaba de color del verde al rojo hasta que se quedó en verde. Su superficie tenía muchas luces de un tono amarillento, y las ventanillas tenían un tono fuertemente amarillento.

Al intentar hacer fotografías a la zona donde estuvo el OVNI la máquina fotográfica no funcionaba, como si algo le afectara... ¿Radiaciones? ¿Electromagnetismo? No se supo pero dejó con la interrogante de lo sucedido aquella noche en la localidad sevillana de Utrera.

Leer en FUENTEMaEl 26Marzo-2017

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