La Voyager-1, la sonda humana que más lejos ha llegado en el
espacio, ha penetrado en una nueva región considerada por los científicos de la
NASA como el límite de nuestro Sistema Solar, inmediatamente anterior al espacio
interestelar.
Los científicos consideran esta
nueva zona como una "autopista magnética" para las partículas cargadas, debido a
que las líneas del campo magnético del Sol están conectadas con las líneas del
campo magnético interestelar.
La conexión en cuestión permite que las
partículas cargadas con baja energía que se originan dentro de nuestra
heliósfera salgan al espacio interestelar, y que las partículas con alta energía
del espacio interestelar entren en nuestro Sistema Solar.
"Aunque la Voyager-1 se encuentra todavía en el ambiente del Sol, ahora
podemos ver también el ambiente del exterior, pues las partículas entran y salen
de esta autopista magnética" señaló Edward Stone, científico del proyecto
Voyager, que considera que la nave abandorá nuestro sistema en un par de meses o
en un par de años.
Anteriormente, la NASA calificó el viaje de la
Voyager-1 más allá del Sistema Solar como el logro más importante en la
exploración espacial, ya que cuando salga fuera, nos encontraríamos en el umbral
de una nueva era de estudios interestelares.
La Voyager-1 es una de las
misiones más exitosas de la NASA. La sonda y su hermana gemela, la Voyager-2,
fueron lanzadas en 1977 con el objetivo de explorar los planetas Júpiter,
Saturno, Urano y Neptuno. Una vez cumplida esta tarea en 1989, los ingenios
pusieron rumbo más allá del Sistema Solar, en dirección al centro de la Vía
Láctea. La vida útil de las sondas concluye en
FUENTEMaEl: 4Dic-2012 RT