El asteroide 2024 YR4 ha sido noticia en las últimas semanas debido a que su probabilidad de impacto sigue aumentando, lo que le ha valido la designación de potencial "destructor de ciudades".
La probabilidad de impacto del asteroide 2024 YR4 ha vuelto a aumentar y ahora se estima en un 2,6 % para 2032, lo que equivale a una probabilidad de 1 en 38, según el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO) del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.
Mientras tanto, el Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOCC) de la Agencia Espacial Europea (ESA) estima el riesgo en aproximadamente el 2,4%.
El asteroide 2024 YR4 fue detectado en el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) en Chile el 27 de diciembre de 2024. ATLAS consta de varios telescopios en todo el mundo y es administrado por el Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái.
El aumento no es inesperado, ya que los científicos habían predicho que la probabilidad de impacto aumentaría antes de disminuir a medida que se dispusiera de más datos de observación.
Se estima que el tamaño del asteroide oscila entre 40 y 90 metros (130 y 295 pies). La incertidumbre de esta estimación surge porque los científicos estudian el asteroide basándose en la luz solar que refleja, lo que significa que las mediciones varían según la reflectividad de la superficie del asteroide.
Los científicos que utilizan el telescopio espacial James Webb para estudiar el asteroide sugieren que podría tener 40 m (130 pies) de diámetro y ser muy reflectante o 90 m (295 pies) de diámetro y ser menos reflectante. Determinar un tamaño preciso es crucial, ya que el impacto de un asteroide de 40 m sería significativamente diferente al de un asteroide de 90 m.
Cabe señalar que el impacto dependería de numerosas variables, como la composición del material del asteroide, el ángulo de entrada preciso y las condiciones ambientales locales en el momento del impacto.
A modo de comparación, se calcula que el asteroide Chelyabinsk, que explotó sobre Rusia el 15 de febrero de 2013, tenía unos 20 m de diámetro antes de entrar en la atmósfera terrestre. El impacto liberó una energía equivalente a 400-500 kilotones de TNT, lo que lo convierte en 26-33 veces más potente que la bomba de Hiroshima.
El asteroide entró en la atmósfera a una velocidad de aproximadamente 19 km/s (42 500 mph, 11,8 millas/s) y explotó a una altitud de 29,7 km (18,5 millas) sobre el suelo.
La explosión en el aire generó una poderosa onda expansiva que destrozó ventanas y dañó más de 7200 edificios en seis ciudades. La onda expansiva hirió a unas 1500 personas, principalmente debido a los cristales y escombros que volaron. A pesar de su tamaño relativamente pequeño, el evento de Cheliábinsk demostró la destrucción significativa que puede causar incluso un impacto moderado de asteroide cuando entra a alta velocidad.
La explosión produjo una bola de fuego más brillante que el Sol, que era visible hasta a 100 km (62 millas) de distancia. El intenso calor y la presión hicieron que varios fragmentos de meteorito sobrevivieran a la reentrada, y el trozo más grande, que pesaba 654 kg (1442 libras), se recuperó más tarde del lago Chebarkul.
Este evento sigue siendo el mayor impacto de asteroide registrado desde la explosión de Tunguska en 1908. A diferencia de los asteroides más grandes que se monitorean activamente, el asteroide de Cheliábinsk pasó desapercibido antes del impacto debido a su pequeño tamaño y a que se aproximaba desde la dirección del Sol.
En cambio, el asteroide 2024 YR4, que se estima que tiene entre 40 y 90 metros de ancho, transportaría mucha más energía.
Un asteroide de 40 metros podría liberar 5 megatones de TNT o más, mientras que uno de 90 metros podría chocar contra el suelo, formando un cráter de hasta 1,5 kilómetros de ancho y liberando más de 100 megatones de energía, más de 200 veces la potencia de Chelyabinsk.
La probabilidad de impacto del asteroide sigue estando sujeta a cambios a medida que se recopilen más datos.
El objeto desaparecerá de la vista en abril y volverá a ser visible en 2028, lo que permitirá realizar observaciones más precisas que pueden ayudar a los científicos a descartar un impacto en 2032.
FUENTEMaEl. 18Feb-2025 TheWatchers