Un bólido verde brillante, un meteoroide natural que entró en la atmósfera terrestre, iluminó el cielo de Moscú, Rusia, alrededor de las 00:30 UTC del 27 de octubre de 2025.
El objeto produjo varios destellos brillantes y fragmentación visible a medida que se desplazaba por el cielo, dejando una estela persistente.
El análisis de múltiples vídeos confirma su origen natural, diferenciándolo de cualquier reentrada de satélite o cohete.
Un bólido verde brillante iluminó el cielo de Moscú y las localidades cercanas, como Vídnoye, Dubná y Rámenskoye, en la madrugada del 27 de octubre.
El objeto se movió lentamente por el cielo, produciendo varios destellos intensos y una estela claramente visible que persistió durante varios segundos antes de desvanecerse. Testigos captaron el evento desde múltiples ángulos, mostrando una cabeza compacta y brillante seguida de fragmentos luminosos, compatibles con la ruptura atmosférica.
Las imágenes y los datos observacionales disponibles indican que se trata de un meteoroide natural que entra en la atmósfera terrestre, en lugar de un objeto artificial que reingresa, como sugirieron algunos observadores.
La coloración verde es típica de los meteoroides que contienen magnesio y níquel que arden a alta velocidad, mientras que la breve duración y el repentino destello final difieren de las prolongadas desintegraciones de varios minutos de los desechos satelitales.
La ausencia de reingresos orbitales coincidentes en los listados públicos oficiales de Aerospace Corporation y US Space-Track, así como la falta de advertencias regionales o avisos de seguimiento de las redes de vigilancia espacial rusas, respaldan aún más el origen natural.
La bola de fuego apareció aproximadamente a las 00:30 UTC (03:30 hora local). No se registraron explosiones sónicas ni impactos en el suelo, lo que sugiere una desintegración a gran altitud, entre 25 y 35 millas (24-35 km).
El evento coincidió con el período activo de la corriente de meteoros Táuridas del Sur, conocida por producir bólidos lentos y brillantes a finales de octubre y principios de noviembre. La velocidad aparente y las características de color se corresponden bien con meteoroides de tipo Táuridas que viajan a unos 28 km/s (17 mps).
Las imágenes muestran múltiples destellos cortos a lo largo de la trayectoria, lo que indica fragmentaciones sucesivas a medida que el meteoroide experimentaba una creciente tensión aerodinámica. La estela luminosa se desvaneció en segundos, dejando un tenue resplandor residual que se dispersó en la atmósfera superior.
Además, ningún registro de las autoridades rusas o internacionales indica que se espera que algún objeto artificial reingrese sobre la Rusia europea en ese momento. Los boletines de seguimiento orbital, tanto globales como regionales, no contienen desintegraciones programadas ni reingresos incontrolados en la banda de latitud de Moscú durante la ventana del 27 de octubre. En combinación con la morfología observada y su breve duración, esto descarta la posibilidad de que la basura espacial sea la fuente.
El bólido de hoy sobre Moscú se encuentra entre los más brillantes confirmados en la región en los últimos años y se suma al creciente registro de bólidos verdes y lentos documentados durante las lluvias de meteoros de finales de octubre.
Una mayor confirmación mediante datos de radar o espectroscópicos podría refinar su trayectoria y composición exactas, pero la evidencia actual identifica firmemente el objeto como un bólido natural de origen celeste.


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