sábado, abril 10, 2010

JESÚS NOS AVISA DEL FIN DEL MUNDO Y NADIE LE HACE CASO


Evangelio de Mateo.

24:1 Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.

24:2 Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

24:3 Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte,
diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

24:4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.

24:5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.

24:6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.

24:7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.

24:8 Y todo esto será principio de dolores.

24:9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.

24:10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.
24:11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;

24:12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

24:13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

24:14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

24:15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),

24:16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.

24:17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;

24:18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.

24:19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!

24:20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;

24:21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.

24:22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

24:23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.

24:24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.

24:25 Ya os lo he dicho antes.

24:26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.

24:27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.

24:28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.

24:29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.

24:30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

24:31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

24:32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.

24:33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.

24:34 De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.

24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

24:36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.

24:37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.

24:38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,

24:39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.

24:40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.

24:41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.

24:42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.

24:43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.

24:44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.

24:45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?

24:46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.

24:47 De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.

24:48 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;

24:49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,

24:50 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,

24:51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.

25:13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.

25:31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,

25:32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartarálos unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.

25:33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.

25:34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.

25:35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;

25:36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.

25:37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?

25:38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?

25:39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?

25:40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

25:41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

25:42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;

25:43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.

25:44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?

25:45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.

25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

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