Si hubiera vida en otros planetas, podría no parecerse en absoluto a
la que conocemos. Es una limitación que, de hecho, hace extremadamente difícil
su identificación. En Marte, sin embargo, las cosas podrían ser
muy distintas, ya que el Planeta Rojo es muy parecido al nuestro y la vida, si
es que alguna vez la hubo, podría ser muy similar a la que nos
rodea.
¿Si hubiera vida ahí fuera, se parecería a la de la
Tierra?
No necesariamente. La vida que conocemos, la
de todas las criaturas de la Tierra, está basada en el carbono y en una serie de
componentes y reglas que son siempre las mismas, no importa que se trate de
bacterias, moscas, elefantes o seres humanos. En efecto, toda la vida terrestre
procede de un único y lejano antepasado común, un organismo hipotético que los
científicos llaman
LUCA (Last Ultimate Common Ancestor), que
"estrenó" la forma de estar vivo y al que debemos todas nuestras
características, seamos de la especie que seamos.
Sin embargo, nada impide la existencia de seres vivientes que sigan
otras reglas, o que estén basados en otros elementos diferentes al carbono. Lo
que sucede es, hasta ahora, nunca se ha encontrado uno.
Si la vida extraterrestre no estuviera basada en el carbono,
como en la Tierra, ¿sabríamos identificarla?
Probablemente no. La razón es que, al no conocer su bioquímica, sería
muy difícil, por no decir imposible, diseñar los experimentos adecuados para que
nuestros instrumentos detecten esas formas de vida fuera de la Tierra. Algunos
piensan que estamos literalmente rodeados de formas de vida "diferentes" pero
que, simplemente, no somos capaces de identificarlas.
Cuando una misión espacial busca vida fuera de nuestro planeta, lo
único que puede aspirar a encontrar son formas de vida que "funcionen"
exactamente de la misma manera que las terrestres, que son las únicas que
conocemos. Los experimentos a bordo del Curiosity, por ejemplo,
sólo pueden detectar los componentes biológicos (los "ladrillos de la vida") que
se conocen, que son los que hacen que nosotros mismos estemos vivos.
Otra cosa sería, por supuesto, toparse con una criatura
compleja, que podamos ver o fotografiar, independientemente de cuál sea
su bioquímica. Pero eso no es una aproximación realista al problema, ya que es
mucho más fácil localizar microorganismos (o sus huellas o restos), que deberían
ser, tal y como sucede aquí, mucho más comunes.
La Ciencia funciona por comparación y, en
cuanto a la vida se refiere, sencillamente no tenemos nada con qué
compararnos. Se está intentando buscar criaturas "diferentes" aquí
mismo, en nuestro planeta.