Un interesante
reporte preparado por las Fuerzas de la Defensa del Espacio Aéreo (KVO) que
circula el día de hoy en el Kremlin señala que la “subcrítica” prueba
nuclear llevada a cabo por los Estados Unidos el pasado miércoles (5 de
diciembre) fue con miras a la preparación de una explosión atómica mucho más
grande planeada por los Estadounidenses cuyos temores van creciendo por la
“repentina” emergencia de una misteriosa pirámide subterránea en Alaska
que se cree esté a punto de salir a la superficie.
Según fuentes
noticiosas Occidentales que están confirmando esa explosión atómica, el 6 de
diciembre, la
Administración de Seguridad Nacional Nuclear de los Estados
Unidos (NSSA) publicaron en su sitio web que un día antes de que se llevara a
cabo el 27 experimento nuclear subcrítico, “Pollux” de los Estados Unidos
desde que firmaron el Tratado de Prohibición de Pruebas Comprensivas (CTBT).
Pollux fue una prueba subcrítica, la primera de su clase, que implica un modelo
básico a escala de ojiva nuclear, aunque este hecho no se mencionó en su boletín
informativo.
El CTBT
permite que estos experimentos explosivos subterráneos con plutonio, mientras no
dé lugar a una reacción en cadena, sin embargo, los Estados Unidos no le han
permitido el acceso a los inspectores internacionales al sitio de sus pruebas
desde fines de la década de 1990, así que la veracidad de sus afirmaciones – de
que no llevaron a cabo una muy pequeña explosión nuclear – no han podido ser
establecida. Desde la formación del CTBT, los experimentos subcríticos han
estado bajo ataque debido a los riesgos de proliferación.
Aun cuando
esta explosión atómica no anunciada fue ampliamente condenada por virtualmente
casi toda nación del planeta, desde el Japón, aliado de los Estados Unidos,
hasta el enemigo, Irán, ese reporte de las VKO indica que los “temores” y
no la “arrogancia” fueron con mayor probabilidad la motivación del
régimen de Obama que llevaba a cabo tal prueba en primer lugar.