Un derrame de
petróleo en la
Amazonía ecuatoriana está fluyendo aguas abajo hacia Perú y
Brasil, lo que aumenta
las preocupaciones
sobre el impacto
de la perforación
en una de las
últimas zonas
vírgenes del
mundo.
Cerca de 1,6 litros
de crudo se
vierten en un afluente del Amazonas desde el oleoducto Trans-Ecuador, que
fue roto
por un deslizamiento de tierra
el 31 de mayo.
El derrame contaminó las fuentes de agua potable de Coca, una ciudad puerta de entrada a la selva amazónica. La
prensa local informó
que 60.000
personas tuvieron
que depender de agua
traída por 65
camiones
cisterna.
Petroecuador, el operador de canalización, ha contratado la empresa de los EE.UU. Clean Caribbean & Americas, que participó en la operación después de derrame del Golfo de México.
Aunque la empresa y las autoridades locales trataron de contener la mancha, un poco de aceite entró en el río Napo, que fluye a través de la frontera.
La semana pasada Perú informó de los restos de aceite en la región
amazónica de Loreto, lo que
provocó una disculpa
del presidente ecuatoriano,
Rafael Correa.
El ministro de Medio Ambiente del Perú, Manuel Pulgar Vidal, describió la mancha como un "problema muy serio" y dijo que Perú podría pedir una indemnización si el daño resulta extenso.
Brasil, que se encuentra a cientos de kilómetros aguas abajo, ha puesto su armada en estado de alerta y ofreció asistencia técnica.
"Brasil ha
ofrecido ayuda a Ecuador y Perú para apoyar la labor de contención y dispersión de la mancha de petróleo en los dos países", dijo la cancillería en un comunicado.
FUENTEMaEl: 12Junio-2013 Guardian