Un enjambre de rocas 'tan letal como Hiroshima' fue desatado accidentalmente por la NASA durante su primera misión de defensa planetaria el año pasado.
Científicos de la Universidad de California, Los Ángeles, identificaron 37 rocas de hasta 22 pies de ancho que se dispersaron en la superficie de la pequeña luna Dimorphos después de que una nave espacial se estrellara contra ella.
La misión, conocida como Prueba de Redirección de Doble Asteroide (DART), tenía como objetivo empujar la pequeña luna fuera de su órbita en caso de que un asteroide se precipitara hacia la Tierra.
Si bien la prueba fue un éxito, tuvo consecuencias no deseadas: "Las rocas más pequeñas que vuelan al espacio podrían crear sus propios problemas", compartió el equipo en un comunicado de prensa.
Incluso una roca de 15 pies que golpea la Tierra entregaría tanta energía como la bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Las rocas que estudiaron los científicos, entre los objetos más débiles jamás vistos dentro del sistema solar, se pueden observar en detalle gracias al poderoso telescopio Hubble.
"Si seguimos las rocas en futuras observaciones del Hubble, podemos tener suficientes datos para precisar las trayectorias precisas de las rocas", dijo Jewitt.
"Y luego veremos en qué direcciones fueron lanzados desde la superficie y descubriremos exactamente cómo fueron expulsados".
El equipo cree que las rocas fueron expulsadas del lugar del impacto o lanzadas desde la superficie por un movimiento sísmico.