Esta imagen compuesta muestra los cúmulos de galaxias Abell 0399 y Abell 0401. Ambos cúmulos están permeados por plasma de alta temperatura que emite rayos X (rojo).
En el Universo, todo está conectado con todo. La materia tiende a acumularse formando estrellas, que se unen para formar galaxias, que a su vez se agrupan para formar grupos, cúmulos y supercúmulos de miles y miles de miembros. Pero tampoco los bulliciosos supercúmulos galácticos están aislados unos de otros, según ABC.
Muy al contrario, todos ellos están conectados por largas "autopistas" de plasma, que recorren las enormes y aparentemente vacías distancias (incluso de cientos de millones de años luz) que hay entre un cúmulo y otro. Esta suerte de "carreteras interespaciales", que los científicos llaman filamentos, tejen a lo largo y ancho del Universo lo que se conoce como "la telaraña cósmica", una inmensa red universal donde la materia se concentra en los nodos, y los nodos se unen, como en una telaraña, por medio de los filamentos.
A lo largo de esta red de autopistas universal, un número incontable de electrones circula continuamente casi a la velocidad máxima que la naturaleza permite: 300.000 km/s, la velocidad de la luz. Pero incluso así, las partículas solo son capaces de recorrer una fracción de uno de esos filamentos antes de quedarse sin energía y descomponerse. O por lo menos así es en la mayoría de ocasiones.
FUENTEMaEl: 17Junio-2019 Pueblo en Linea