El interior de nuestro planeta. Crédito de la imagen: Shutterstock.
La Tierra está rodeada de un enorme campo magnético que la protege de la
radiación y las partículas cargadas llegadas del espacio. Muchos animales lo
utilizan para orientarse, ya que está cambiando constantemente, motivo que lleva
a los geocientíficos a mantenerlo bajo vigilancia. ¿Qué provoca este escudo
natural? Pues hasta donde se sabe el núcleo terrestre, de hasta 6.000 kilómetros
de profundidad, y la corteza, el terreno en el que estamos. Y hasta ahí, porque
el manto del planeta, que se extiende desde 35 hasta 2.900 km por debajo de la
superficie se había considerado hasta ahora «magnéticamente muerto». Pues
estábamos equivocados. Según publica un equipo internacional de investigadores
de Alemania, Francia, Dinamarca y Estados Unidos en la revista «Nature», una
forma de óxido de hierro, la hematita, puede conservar sus propiedades
magnéticas incluso en ese gigantesco sándwich geológico. Lo han descubierto bajo
las aguas del Pacífico y puede influir en cómo interpretamos el movimiento de
inversión de los polos, según
ABC.
Los investigadores analizaron de cerca las principales fuentes potenciales de
magnetismo en el manto terrestre: los óxidos de hierro, que tienen una
temperatura crítica alta, por encima de la cual el material ya no es magnético.
En el manto, los óxidos de hierro se producen en las losas que están enterradas
desde la corteza terrestre hasta el interior como resultado de los cambios
tectónicos, un proceso llamado subducción. Pueden alcanzar una profundidad de
entre 410 y 660 kilómetros, la llamada zona de transición entre el manto
superior e inferior de la Tierra.
FUENTEMaEl: 10Julio-2019 Pueblo en Linea