Un minero de metales preciosos en el territorio de Yukon en Canadá afirma que fue infectado por una forma de vida extraterrestre.
El minero, Daniel Sabo, descubrió un meteorito en 1986. The National Post explica que durante la década siguiente, Sabo almacenó el meteorito en una variedad de ubicaciones: En un cajón, en una repisa, e incluso en un saquito de fieltro de Royal Crown. Llevo el meteorito a la casa de sus padres en Arizona con planes para venderlo. Pero esos planes fueron sofocadas por no haber obtenido el permiso, según lo requerido por la exportación de la Propiedad Cultural Canadiense y la Ley de Importación, para exportar legalmente el meteorito de Canadá.
Sabo cree, que el clima cálido y árido de Arizona indujo un cambio en el meteorito porque una "corteza verde" comenzó a crecer a lo largo de la costura natural de la roca. Incapaz de vender legalmente el meteorito, Sabo decidió regresar a Canadá. The National Post explica que "Mientras conducía a casa con él, a veces equilibrandolo en la curva de su codo, desarrolló una erupción terrible arriba y hacia abajo del brazo. Creía que había sido infectado por alguna forma de vida extraterrestre, y tenía poderosamente miedo ".
El minero, Daniel Sabo, descubrió un meteorito en 1986. The National Post explica que durante la década siguiente, Sabo almacenó el meteorito en una variedad de ubicaciones: En un cajón, en una repisa, e incluso en un saquito de fieltro de Royal Crown. Llevo el meteorito a la casa de sus padres en Arizona con planes para venderlo. Pero esos planes fueron sofocadas por no haber obtenido el permiso, según lo requerido por la exportación de la Propiedad Cultural Canadiense y la Ley de Importación, para exportar legalmente el meteorito de Canadá.
Sabo cree, que el clima cálido y árido de Arizona indujo un cambio en el meteorito porque una "corteza verde" comenzó a crecer a lo largo de la costura natural de la roca. Incapaz de vender legalmente el meteorito, Sabo decidió regresar a Canadá. The National Post explica que "Mientras conducía a casa con él, a veces equilibrandolo en la curva de su codo, desarrolló una erupción terrible arriba y hacia abajo del brazo. Creía que había sido infectado por alguna forma de vida extraterrestre, y tenía poderosamente miedo ".
De regreso en Canadá, Sabo le dio el meteorito a los geólogos del Servicio Geológico de Canadá (GSC) para realizar pruebas en 1999 una decisión de la que pronto se arrepintió. Por alguna razón, Sabo llego a ser infeliz, y pidió que el meteorito le fuera devuelto. Y afirma que lo que recupero de la GSC no solo le faltaba la pieza que contiene la corteza verde, sino que el meteorito todo era una réplica de lo que él había dado al SGC. El Nacional Post informa que esto dio lugar a "una épica batalla judicial que incluyó dramáticas afirmaciones acerca de un geólogo tortuoso, vida extraterrestre, conspiración del gobierno y el mercado negro de las rocas espaciales."
Un juez de primera instancia encontró que el GSC no cambio el meteorito de Sabo con una réplica, y que la corteza verde era de origen terrestre. Estos resultados han sido desde entonces mantenidos por el Tribunal de Apelación de Yukon. El SGC ha sido condenado a pagar 1.000 dólares a Sabo "por no devolver un pedazo de meteorito que cortó para las pruebas." Pero Sabo continuara la lucha. Según los informes, planea apelar a la Corte Suprema de Canadá.TraduccionMaEl
FUENTEMaEl: 13Feb-2013 OpenMinds
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