miércoles, septiembre 24, 2025

NUESTRO SOL SE ESTA VOLVIENDO MÁS ACTIVO Y LA NASA NO SABE POR QUÉ

Una instantánea de la actividad solar capturada por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA en 2013. (NASA/Goddard/SDO)

Al final del último ciclo solar en 2019, las predicciones oficiales indicaban que el siguiente ciclo sería tan leve como su predecesor.

Esas predicciones resultaron erróneas. El actual Ciclo Solar 25 resultó ser mucho más intenso de lo que la NASA y la NOAA esperaban. Ahora, los científicos afirman que la actividad solar sigue una trayectoria creciente, fuera de los límites del ciclo solar de 11 años. De hecho, un nuevo análisis de los datos sugiere que la actividad solar ha ido aumentando gradualmente desde 2008.

"Todo apuntaba a que el Sol entraría en una fase prolongada de baja actividad", afirma el físico de plasma Jamie Jasinski, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. "Por lo tanto, fue una sorpresa ver que esa tendencia se revirtió. El Sol está despertando lentamente".

El Sol parece una presencia constante y tranquilizadora día tras día, pero en realidad es bastante impredecible y cambiante. Un cambio particular que experimenta es lo que llamamos ciclo solar. Cada 11 años aproximadamente, el Sol experimenta un aumento de actividad hasta alcanzar el máximo solar antes de descender de nuevo hasta el mínimo solar.

Esta actividad se manifiesta como un aumento significativo de manchas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal durante el máximo solar, momento en el que los polos solares invierten su polaridad. Todo es muy normal; si el número no lo delata, nos encontramos actualmente en el vigésimo quinto ciclo solar registrado, lo que significa que los científicos llevan siglos observando este fenómeno, utilizando las manchas solares como indicador para registrar la actividad solar.

Sin embargo, incluso con esta gran cantidad de datos sobre el ciclo solar, predecir el comportamiento del Sol es un arte inexacto. En el interior del Sol ocurren muchas más cosas de las que conocemos, lo que impulsa cambios que los científicos aún intentan explicar.

Por ejemplo, durante un período de 70 años, de 1645 a 1715, prácticamente no se observaron manchas solares, un período conocido como el Mínimo de Maunder. Una pausa similar se produjo entre 1790 y 1830, conocida como el Mínimo de Dalton.

"No sabemos realmente por qué el Sol experimentó un mínimo de 40 años a partir de 1790", afirma Jasinski. "Las tendencias a largo plazo son mucho menos predecibles y aún no las comprendemos del todo".

Los ciclos solares 22 y 23, que comenzaron en 1986 y 1996, respectivamente, tuvieron una actividad de manchas solares bastante promedio. A pesar de ello, la presión del viento solar disminuyó de forma constante durante ambos ciclos, lo que llevó a los científicos a creer que podríamos estar encaminándonos hacia algo similar a los eventos de Maunder o Dalton.

En 2008, comenzó el Ciclo Solar 24, convirtiéndose en uno de los ciclos solares más débiles registrados en cuanto a actividad de manchas y erupciones solares. Los científicos creían que el Ciclo Solar 25 sería similar, pero su nivel de actividad resultó ser mayor, más consistente con un ciclo solar promedio.

Jasinski y su colega, el físico espacial Marco Velli del JPL, han analizado datos solares a largo plazo y han descubierto algo sorprendente. En 2008, al inicio del Ciclo Solar 24, el viento solar comenzó a intensificarse y ha seguido aumentando de forma constante desde entonces.

Esa fuerza se mide en velocidad, densidad, temperatura, presión térmica, masa, momento, energía y magnitud del campo magnético, todos los cuales mostraron un aumento.

Ahora bien, el Sol es un motor extraordinariamente complejo, y algo que está clarísimo es que es realmente difícil predecir qué hará a continuación. Jasinski y Velli creen que sus hallazgos indican que podríamos presenciar un repunte del clima espacial inestable, con vientos potentes, tormentas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal.

Sus resultados también son consistentes con otro aspecto del comportamiento del Sol: el ciclo de Hale. Este se representa mediante pares de ciclos solares, cada uno de los cuales dura 22 años y finaliza cuando los polos magnéticos recuperan sus polaridades originales. Cada vez hay más evidencia que sugiere que el ciclo de Hale es el ciclo principal, y que cada ciclo solar es solo la mitad del ciclo completo.

Actualmente, la presión del viento solar sigue siendo menor que a principios del siglo XX. La única manera de saber qué hace a partir de ahora es continuar observando para ver si continúa aumentando o se mantiene estable.

Los hallazgos también tienen implicaciones mucho más amplias, que se suman a la creciente evidencia de que el número de manchas solares presenta, en el mejor de los casos, una imagen incompleta. Necesitamos estudiar un catálogo mucho más amplio del comportamiento solar si deseamos comprender la dinámica de nuestra hermosa y salvaje estrella.

La investigación ha sido publicada en The Astrophysical Journal Letters.

FUENTEMaEl. 23Sept-2025 sciencealert

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