domingo, enero 10, 2010

TERAPIA FLORAL DE BACH


La terapia de esencias florales es hoy por hoy una extraordinaria herramienta terapéutica, que permite resolver conflictos emocionales a niveles profundos en el subconciente, allí donde los psicofármacos no pueden llegar pues su acción es superficial y apunta sólo a disimular y aliviar transitoriamente los síntomas, sin poder llegar a sanar en definitiva a los pacientes.
Las esencias florales (que no deben confundirse con los aceites esenciales) son tinturas líquidas especialmente preparadas a partir de todo tipo de flores. Las esencias florales no constituyen una medicación física, ya que no contienen moléculas específicas de sustancias medicinales obtenidas de flores pulverizadas. Las esencias florales se preparan a partir de la recogida de flores frescas, aún húmedas por el rocío, que se colocan en un recipiente de cristal transparente lleno de agua de manantial durante las primeras horas de la mañana. El recipiente de flores se deja expuesto a la luz solar durante unas cuantas horas. En este período, tiene lugar un proceso singular. La energía solar parece transmitir directamente al agua un determinado aspecto de la flor, el patrón de su energía vital.

La terapia floral de Bach fue creada por el Dr. Edward Bach en 1930, en Inglaterra, este sistema consta de 38 esencias florales diferentes más el Remedio de Rescate, que es una mezcla de 5 de ellos, y que se emplea para las situaciones de emergencia y de mucho estrés.
El Dr. Bach fue un destacado médico en Inglaterra, inmunólogo y bacteriólogo que, luego de muchos años de la medicina tradicional, decidió investigar el efecto de las flores en los seres humanos y sus dolores del alma.

El uso de esencias florales en la curación representa un enfoque basado en una comprensión espiritual de la enfermedad humana. El doctor Bach consideraba las enfermedades como el reflejo de una falta de armonía divina entre el alma y la personalidad consciente.

Expuso el concepto de que todas las almas se encarnan en un cuerpo físico, llevando consigo un "propósito divino" que se manifestará a lo largo de la vida de un individuo.
Según Bach, la personalidad se desconecta del propósito real del alma, ya sea debido a influencias externas o fuerzas internas y una falta de armonía emocional. Para él, las enfermedades eran experiencias de aprendizaje que ayudaban a las personas a reconocer el error de sus percepciones, sus concepciones desencaminadas, sus patrones inadecuados de conducta y sus expresiones emocionales negativas. Desde su punto de vista, la falta de armonía entre la mente y las emociones propiciaba todo tipo de enfermedades, sin importar cuáles fueran sus supuestos orígenes bacterianos, virales, genéticos o medioambientales.

Entre los patrones emocionales característicos de falta de armonía mental y emocional que Bach consideraba precursores de las enfermedades se encontraban la impaciencia, la actitud excesivamente crítica, la aflicción persistente, el miedo excesivo, el terror extremo, la amargura, la falta de autoestima, un entusiasmo desmesurado, una contención excesiva, la indecisión, la duda, la ignorancia, la negación o la represión, el resentimiento, la agitación, la apatía, la indiferencia, una fuerza de voluntad débil y la culpa, entre otras.
Bach creía que sus treinta y ocho esencias florales proporcionaban los patrones vibracionales necesarios para ayudar a neutralizar o servir como antídoto de los aspectos energético-sutiles negativos asociados a cada uno de estos estados emocionales y mentales negativos. La ingesta de la esencia floral iba seguida de una inundación del cuerpo de vibraciones de energía sutil reequilibradora, positiva y curativa. En otras palabras, Bach pensaba que sus remedios florales no sólo neutralizarían los patrones de energía emocional y mental negativa, sino que también infundirían vibraciones positivas asociadas a virtudes específicas, como el amor, la paz, la constancia, la amabilidad, la fuerza, la comprensión, la tolerancia, la sabiduría, la compasión, el valor o la alegría.
Al cabo de un tiempo de administrar remedios florales, Bach observó en sus pacientes profundos cambios emocionales y mentales, además de una mejoría de sus síntomas físicos. Con el tiempo, los pacientes disfrutaban de una mejor salud física general, al tiempo que se restablecía el equilibrio de su nivel mental, emocional y espiritual.

Con respecto a sus acciones terapéuticas, es importante tener en cuenta que las esencias florales no reprimen las emociones negativas. Simplemente actúan como catalizadores que ayudan a los cuerpos espirituales a liberarse de los patrones de energía mental y emocional negativa no deseada.
Se creía que las flores que Bach utilizaba para sus remedios procedían de plantas de un "orden superior". Estas flores poseían ciertas propiedades del alma representadas por determinadas longitudes de onda de energía y frecuencias de vibración de energía sutil asociadas con ciertas plantas.

En resumen, la terapia floral de Bach armoniza cualquier desequilibrio que se encuentre a nivel emocional y que finalmente enferma el nivel físico.

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