Dos
diseñadores industriales en España han venido levantando un camino para que la gente continúe la reducción de su huella de carbono, incluso después de su muerte.
La Urna Bios ecológica, diseñado por Martín Azúa y Gerard Moliné, es una urna biodegradable hecha a partir de cáscaras de coco, turba compactada y celulosa. Dentro de la urna esta una
semilla.
Restos humanos cremados se
colocan en la urna junto
a la semilla
y enterrados.
Como una buena fuente de fósforo, restos humanos ayudan a fertilizar la semilla, que con el tiempo van a germinar y crecer en un árbol.
Según el lugar donde
una persona le gustaría ser plantada, puede elegir qué tipo de árbol o planta ellos tarde o temprano harán parte.
Por todo lo que hemos escuchado acerca de la tecnología
asistida por la inmortalidad en los últimos años, la idea de tener las cenizas de una persona que se convirtió en un árbol puede parecer pintoresco, pero de acuerdo a los diseñadores esto es un punto amable.
"Urna Bios transforma el ritual del entierro en una
regeneración y la vuelta a la
vida a través
de la
naturaleza. Como
resultado, los
cementerios se
convierten en bosques",
escribe Moline
en su página web.
Azua ya tiene planes para su propia cremación.
"Me gustaría ser enterrado en una urna Bios en un bosque en el País Vasco", dijo a Discovery News.
La energia no se pierde, sino se transforma
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